Factores sociales influyen en tasas de asma en los vecindarios
NUEVA YORK (Reuters Health) - El asma infantil no es tan frecuente en los vecindarios de alto nivel económico y mayor vitalidad comunitaria, según indicó un nuevo estudio.
"Es bueno poder identificar algunas características positivas de los vecindarios que protegerían del asma. Siempre miramos las características negativas", dijo a Reuters Health la doctora Ruchi S. Gupta, del Hospital de Niños de Chicago.
Mientras que el papel de los factores económicos y ambientales en el asma infantil siempre mereció mucha atención, existen pocos estudios sobre cómo los factores sociales influyen sobre la prevalencia de la enfermedad, escribió el equipo en Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Los autores del estudio ya habían demostrado grandes diferencias en la prevalencia del asma entre las barriadas de Chicago. La nueva investigación se encargó de conocer si las características comunitarias podían explicarlas.
El equipo analizó las encuestas sobre el control diagnóstico del asma realizadas a 45.177 alumnos de escuelas primarias en Chicago, realizadas entre el 2003 y el 2005. Luego, elaboró un mapa con todos los niños de 287 barriadas divididos en cuatro grupos, según la cantidad de casos de asma.
Los vecindarios con baja prevalencia de asma obtuvieron resultados más altos, según la Escala de Vitalidad Comunitaria, que combina puntajes asignados al capital social, el potencial económico y las actividades comunitarias. Su potencial económico también era más alto.
El factor que más se impuso, y se mantuvo así tras considerar la composición étnica de los vecindarios, fue el capital social, que mide el grado de participación cívica de los habitantes, junto con otros factores.
Los resultados, según Gupta, demuestran que es necesario modificar las políticas comunitarias, ya que podrían ayudar a reducir la prevalencia del asma. "Sabemos que no se puede ir a darle un trabajo a cada persona, pero sí se pueden realizar cambios positivos en sus vecindarios", explicó.
El equipo halló también, sorpresivamente, que las comunidades más estables y aquellas con resultados más altos en la evaluación de la interacción barrial tenían una mayor prevalencia de asma que el resto.
Gupta señaló que la calificación de la interacción barrial se construyó a partir de un mayor porcentaje de hogares con por lo menos un integrante desempleado y de un menor porcentaje de hogares con un solo integrante.
"Aunque podemos comprender cómo esos factores aumentarían la interacción, también observamos que podrían indicar hacinamiento y pobreza", escribieron los autores. Y el recambio no tan frecuente de vivienda en los lugares más estables indicaría que la limpieza a fondo es menos frecuente, lo que le abre camino a la humedad y las cucarachas.
"Es bueno poder identificar algunas características positivas de los vecindarios que protegerían del asma. Siempre miramos las características negativas", dijo a Reuters Health la doctora Ruchi S. Gupta, del Hospital de Niños de Chicago.
Mientras que el papel de los factores económicos y ambientales en el asma infantil siempre mereció mucha atención, existen pocos estudios sobre cómo los factores sociales influyen sobre la prevalencia de la enfermedad, escribió el equipo en Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Los autores del estudio ya habían demostrado grandes diferencias en la prevalencia del asma entre las barriadas de Chicago. La nueva investigación se encargó de conocer si las características comunitarias podían explicarlas.
El equipo analizó las encuestas sobre el control diagnóstico del asma realizadas a 45.177 alumnos de escuelas primarias en Chicago, realizadas entre el 2003 y el 2005. Luego, elaboró un mapa con todos los niños de 287 barriadas divididos en cuatro grupos, según la cantidad de casos de asma.
Los vecindarios con baja prevalencia de asma obtuvieron resultados más altos, según la Escala de Vitalidad Comunitaria, que combina puntajes asignados al capital social, el potencial económico y las actividades comunitarias. Su potencial económico también era más alto.
El factor que más se impuso, y se mantuvo así tras considerar la composición étnica de los vecindarios, fue el capital social, que mide el grado de participación cívica de los habitantes, junto con otros factores.
Los resultados, según Gupta, demuestran que es necesario modificar las políticas comunitarias, ya que podrían ayudar a reducir la prevalencia del asma. "Sabemos que no se puede ir a darle un trabajo a cada persona, pero sí se pueden realizar cambios positivos en sus vecindarios", explicó.
El equipo halló también, sorpresivamente, que las comunidades más estables y aquellas con resultados más altos en la evaluación de la interacción barrial tenían una mayor prevalencia de asma que el resto.
Gupta señaló que la calificación de la interacción barrial se construyó a partir de un mayor porcentaje de hogares con por lo menos un integrante desempleado y de un menor porcentaje de hogares con un solo integrante.
"Aunque podemos comprender cómo esos factores aumentarían la interacción, también observamos que podrían indicar hacinamiento y pobreza", escribieron los autores. Y el recambio no tan frecuente de vivienda en los lugares más estables indicaría que la limpieza a fondo es menos frecuente, lo que le abre camino a la humedad y las cucarachas.
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